Celta y Villarreal, dos plantillas confeccionadas este verano para luchar por puestos europeos se encuentran en una dramática situación intentando eludir el descenso. Son muchas las circunstancias deportivas que les han llevado a esta situación, pero ambos presentan un denominador común: el estado anímico.

El 27 de enero, tras perder en casa un partido contra el Valladolid en los últimos minutos, Hugo Mallo, capitán del Celta, explotaba: "El que no esté preparado para jugar, tiene que irse fuera".  Ese mismo fin de semana Sergio Asenjo, portero del Villarreal, exclamaba tras perder 3-0 en Valencia: "Mientras no seamos once guerreros en el campo será muy difícil. Es una cuestión de actitud".

Son declaraciones que solemos encontrarnos cuando un equipo no rinde lo esperado, especialmente cuando un grupo de jugadores se ven inmersos en la lucha por el descenso cuando sus objetivos son mucho más ambiciosos.

El componente psicológico es un factor muy importante, y las malas dinámicas acaban afectando también a nivel físico. Es habitual ver cómo este tipo de equipos acaba perdiendo la cara al partido en los minutos decisivos y acaban encajando goles que significan derrotas en los últimos instantes; esto es un indicativo de la debilidad emocional en la que se encuentran. Son bucles en los que se instalan los equipos cuando tanto jugadores como cuerpo técnico ven que los resultados no llegan por más que trabajen, creando una situación de inseguridad que a la postre acaba desencadenando en derrotas y, por lo tanto, más inseguridad.

La presión va aumentando con el paso de las jornadas y el no entender el por qué de esa situación, cuando quizás estén trabajando igual que cuando competían por puestos europeos, genera una falta de confianza que se acaba transmitiendo a las piernas.

El trabajo fundamental de los entrenadores de Villarreal y Celta ahora mismo consiste en controlar y canalizar esa carga psicológica para salir de la zona baja de la tabla, de lo contrario poco van a poder aprovechar el talento que tienen sus futbolistas.