A pesar de la derrota ante Francia en la final de la Liga de Naciones, con polémica arbitral incluida que poco o nada merece reseñar a toro pasado, la selección española ha dejado un poso de satisfacción en la hinchada por la imagen ofrecida y el buen desempeño de los jóvenes jugadores de la Roja, algunos de ellos debutantes como Gavi y Yeremi Pino.

Pero el fútbol no tiene memoria, y a España se le vienen dos últimos partidos de la fase de clasificación para Catar 2022 algo más que vitales, sobre todo tras la victoria de Suecia, líder de su grupo, por 2-0 ante Grecia.

España es segunda, con dos puntos menos que Suecia, y solo los primeros de cada grupo accederían directamente al Mundial. Por eso, los hombres de Luis Enrique se la juegan en su próxima ventana internacional, en la que visitarán tierras helenas para enfrentarse al siempre correoso equipo griego (11 de noviembre), y recibirán a los suecos en Sevilla (14 de noviembre).

Depende de sí misma. Es decir, debe ganar los dos partidos para asegurarse la primera plaza que ahora ostentan los suecos. De no hacerlo, debería ir a una repesca en la que ya está asegurada su presencia tras quedar subcampeona de la Europa League, pero que no se presentaría para nada fácil, pues acudirían los 10 segundos de los 10 grupos UEFA más los dos equipos no clasificados para el Mundial tras la última jornada con mejor clasificación en la Liga de Naciones.

Esta repesca, novedosa, la disputarían 12 equipos, de los cuales solo 3 obtendrían el billete para Catar. Su formato sería de playoff a partido único, con 6 semifinales que darían las 3 finales de las que saldrían los equipos que lograrían el pase mundialista allá por el mes de marzo.

Un trasunto que evitar, dado que, si España no logra el pase como primera, podría medirse en esta hipotética repesca a equipos de la talla de Portugal, Noruega, Serbia, Gales, Austria o Polonia. Complicaciones innecesarias si la Roja hace lo que tiene que hacer y cómo viene haciéndolo a excepción del accidente en Solna ante Suecia.

En noviembre, no queda otra que, como decía el Sabio de Hortaleza, ganar, ganar y ganar.