Analizamos los pros y los contras que nos ha dejado el videoarbitraje en sus primeros meses.

 

Sí.

Por supuesto que hace el fútbol más justo. Hablemos con números: se han corregido 58 errores con éxito y más de un 6% de goles, un 98% de acierto en penaltis y otro 98% en tarjetas amarillas. Unos números nada despreciables para un sistema que acaba de empezar a andar.

Le ha quitado mucha presión al árbitro en cuanto a protestas de jugadores y público, ya que ambos saben que le están corrigiendo en el caso de que se esté equivocando en una acción importante.

El tiempo medio de pérdida de tiempo por revisiones es de 69 segundos por partido, no es más de lo que se pierde por una lesión o por las anteriormente habituales protestas tras una decisión arbitral.

Es un sistema que se acaba de implementar y aún está por mejorar y perfeccionar. No se puede pretender que este enorme cambio que supone para todos en el mundo del fútbol sea 100% efectivo en apenas unos meses.

El VAR no es perfecto, y no lo es porque está controlado por humanos. Pero sin ser perfecto, es lo mejor que hay para impartir la mejor justicia posible sobre el verde.

Hay y habrá acciones que estén sujetas a interpretación arbitral, y también se puede equivocar. Pero gracias al VAR también podrá repasar la jugada tantas veces necesite para poder decidir mejor.

 

No.

Han sido muchos los errores flagrantes que no han estado exentos de polémica, por recordar unos cuantos: el penalti a Vinicius, la mano de Casemiro ante el Atleti, la mano de Vukcevic, el penalti no pitado a Jaime Mata en San Mamés o la roja a Roque Mesa en el derbi sevillano.

No tiene ningún sentido que el árbitro no pueda consultar dudas y tenga que ser el VAR el que actúe de oficio cuando lo vea necesario.

Un simple arquitecto trazando líneas con un punto de fuga en menos de un minuto deja en ridículo un sistema tan caro en cuanto a las líneas de fuera de juego. Que un sistema supuestamente tan sofisticado tenga defectos técnicos le resta credibilidad.

Los parones y las revisiones juegan mucho con la concentración y estado de ánimo de los jugadores. Ya hemos visto algunos equipos recibiendo goles justo después de que les anule un gol el VAR.

Le quita cierta magia al fútbol. Muchos jugadores ni se atreven a celebrar goles hasta que no dicte el VAR si es gol o lo anula.