2023 fue el año más complicado para una pareja acostumbrada a estar en lo más alto del ranking. Primero, Ale Galán se perdió varios torneos por unas molestias. Después, los números 1 protagonizaron una de las mayores polémicas vistas en una pista de pádel, específicamente, en Chile.

Tapia y Coello ya celebraban el campeonato cuando, por un error arbitral, los cuatro jugadores tuvieron que volver a pista y acabar disputando un tercer set. El resto es historia. Por si fuera poco, Lebrón se pasó varios meses lesionado de su antebrazo y, al volver, le costó muchos partidos alcanzar de nuevo su mejor nivel.

Todo este cúmulo de sucesos hizo que se diera por hecha la separación de la pareja a finales del año pasado. De hecho, grandes medios no dudaron en anunciar que sus caminos no estarían ligados en 2024. Sin embargo, Ale y Juan pudieron recuperar el nivel que les puso arriba y decidieron darse una nueva oportunidad.

El bombazo llegó cuando todo parecía en calma

El temperamento y los nervios de Juan le jugaron una mala pasada en Catar, en el segundo torneo de esta temporada, después de ganar la primera prueba en Riad, y la polémica estaba servida. El «Lobo» perdía la paciencia en su partido de octavos contra Javi Garrido y Mike Yanguas.

La estrategia de los andaluces fue cargar el juego sobre Lebrón, dado que Galán estaba intratable. Este gran volumen le pudo hacer sentir el eslabón débil de la pareja que, sumado a supuestas pérdidas de tiempo constantes por parte de sus rivales, hicieron que el drive perdiera por completo los papeles.

Un intento de pelotazo a Yanguas y alguna amenaza a su entrenador, Juani Mieres, dejaron a Galán impotente y decepcionado ante la actitud de su compañero. ¿La consecuencia? Un anuncio del madrileño al día siguiente haciendo oficial la separación: el «Lobo» y él dejarían de jugar juntos.

Catar fue la gota que colmó un vaso que ya estaba a punto de rebosar

El primero en anunciar quién sería su nuevo compañero fue Alejandro Galán. El revés jugará con un drive de un perfil muy distinto al de Lebrón, Federico Chingotto. Un estilo de jugador de derecha clásico.

Si por algo destaca el de Olavarría es por su sacrificio y capacidad defensiva. Chingotto se encuentra cómodo al fondo de la pista, tiene uno de los mejores globos del circuito y es especialista en trabajar para poner a su compañero en situaciones ventajosas.

Si Juan Lebrón es un drive atípico, de gran envergadura, con un gran remate y, por supuesto, definidor; el «Super ratón» es un perfil más trabajador, más paciente y con menos winners.

Pero para eso estará Galán, que podrá desplegar su poderío físico abarcando mucha pista, como le gusta, y centrándose en labores ofensivas. El madrileño podrá descuidar algo más la parcela defensiva en favor de su nueva pareja para irse rápido a la red y tratar de acabar los puntos.

 

Juntos pasan a ser la pareja n.º 4 del ranking FIP.

Lebrón elige a un ex n.º 1

El del Puerto de Santa María tampoco ha tardado en moverse. Aunque el torneo en Venezuela lo jugará junto a Momo González, esto será algo circunstancial. El «Lobo» volvió a tocar a la puerta de Paquito Navarro y este le invitó a pasar.

La primera pareja española en llegar a ser n.º 1 del pádel mundial allá por 2019, volverá a unir sus caminos en 2024. Paco acababa de empezar un nuevo proyecto con Sanyo Gutiérrez, pero no ha podido ignorar la llamada de Lebrón.

Los dos andaluces volverán a estar en el mismo lado de la pista cinco años después. Dos jugadores sobrados de carácter y muy temperamentales que, en su momento, ya protagonizaron imágenes icónicas: celebraciones con empujones, uno agarrando de la pechera al otro, o Lebrón rematando pegado al cristal en Valladolid en uno de los mejores remates de la historia.

Esta vez, más maduros y con más paciencia, volverán a intentar compatibilizar sus personalidades para hacer funcionar algo con lo que muchos aficionados llevaban tiempo soñando.

Paco y Juan se colocarían como pareja n.º 2 del ranking FIP por encima de los «Superpibes» y de Galán y Chingotto, solo por detrás de Tapia y Coello.

Una pareja que revolucionó la forma de jugar al pádel

Con esta modificación, el pádel pierde una pareja que cambió todos los paradigmas ya establecidos. Lebrón y Galán juntos eran dos jugadores altos y grandes que abarcaban mucha pista, capaces de defender en el fondo con una soltura pasmosa y de acabar los puntos rápido en la red.

Dos jugadores que aprovechaban cualquier chiquita, cualquier bola fuerte al cuerpo del rival o cualquier pelota que flotara lo más mínimo para avanzar como locos y quitarles la red a sus oponentes. Un juego agresivo, potente y rápido que, tuviera más o menos simpatizantes, sin duda, ha marcado una época.

¿Un último baile?

La despedida de Lebrón y Galán ha sido rápida y fría. Por eso el público tendrá una última oportunidad de verlos juntos. Será en la próxima prueba del calendario, en México, donde ya estaban apuntados como pareja antes de que estallara todo.

Además, Galán ya confirmó que, si se vuelven a encontrar en la selección española para el mundial, estará encantado de jugar con Juan en caso de que el entrenador lo crea necesario.

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