El FC Barcelona acababa 2019 con dudas, pero en lo deportivo había poco que reprochar al plantel. Líderes en LaLiga sacando ventaja al Real Madrid, líderes en Champions League, en uno de los grupos más difíciles de la competición, a punto de encarar la Supercopa de España y la Copa del Rey, y con Messi y Luis Suárez a gran nivel. Aunque con lagunas defensivas, la temporada del Barça se parecía mucho a las anteriores temporadas de Valverde, en las que acabaron campeones de Liga y como mínimo finalistas de Copa.

Hasta que llegó la Supercopa de España, el momento que detonó la guerra interna en el Barça. Si la guerra total define el concepto por el que un combatiente usa todas sus armas para combatir al rival en todos los frentes, en Can Barça estalló una guerra total contra sí mismo, y todos los frentes del FC Barcelona se han visto comprometidos en solo un mes y medio. Desde la directiva hasta los jugadores.

Los blaugranas se enfrentaban al Atlético de Madrid en las semifinales de la nueva Supercopa de España disputada en Arabia Saudí. Tras los que pueden ser los mejores 80 minutos del Barça de Valverde en la temporada, donde dominó, creó ocasiones y se impuso con autoridad a los del Cholo, llegó una debacle defensiva en los 10 últimos minutos que provocó la remontada colchonera en un visto y no visto, y la consiguiente eliminación del Barça de la Supercopa. Inexplicablemente, los culés tiraron el partidazo que hicieron en 10 minutos.

A raíz de esto, el huracán. La directiva, que ya no confiaba en Valverde, se puso manos a la obra para buscar un sustituto del entrenador vasco. A mitad de temporada y con el equipo líder, pero no se lo pensaron. Lo intentaron con Xavi Hernández, con Ronald Koeman y hasta con Mauricio Pochettino, los 3 dijeron que a mitad de temporada no cogerían al FC Barcelona. Así que la directiva tuvo que fijarse en alguien con menos bagaje en la élite, pero con un “estilo Barça” del que carecía Valverde, y este fue Quique Setién.

La llegada de Quique Setién suponía un cambio drástico en el juego y en el planteamiento, y estos cambios a mitad de temporada son más difíciles de implementar. Y así está ocurriendo, desde la llegada de Setién hemos visto al Barça sufrir ante un 2ªB como el Ibiza, caer eliminado en Copa, ser vapuleado en Mestalla, y realizar muy malos partidos en casa ante rivales como Granada, Levante o Getafe donde ganaron con muy mal juego. Si el motivo de echar a Valverde es que no valía solo con los resultados, con Setién de momento no hay ni juego ni resultados.

Todo esto se agrava aún más con los infortunios en forma de lesiones que está padeciendo la delantera culé. En solo unas semanas han dicho adiós a la temporada dos jugadores clave como Luis Suárez y Dembélé. Sin estos jugadores el Barça se queda con lo justo para la delantera, ya que solo cuenta con Messi, Griezmann y el canterano Ansu Fati para afrontar los meses clave de la temporada.

Por si esto fuera poco, el último capítulo se ha dado con el enfrentamiento abierto entre el líder del equipo, Leo Messi, y el director deportivo, Eric Abidal. Tras las declaraciones de Abidal donde daba a entender que los jugadores no entrenaban bien con Valverde, el ‘10’ blaugrana quiso rebatir públicamente a su director deportivo, acusándolo de mentir, lo que deja a Abidal y a la directiva en una situación crítica.

En medio de toda esta vorágine, donde todo lo que puede salir mal está saliendo mal, el Barça enfrenta el tramo decisivo de LaLiga. Y su primera prueba de fuego ya la tiene encima, visitará San Paolo y el Santiago Bernabéu en 5 días, para jugarse el pase a cuartos de Champions ante el Nápoles, y media liga ante el Real Madrid. El FC Barcelona se encomendará a Messi, como siempre, pero esta guerra parece demasiada heroicidad para un Messi cada vez más solo.