Denver Nuggets y Miami Heat se enfrentan en unas finales insólitas con un claro favorito, el equipo del serbio Nikola Jokić. Pero Jimmy Butler, del que se rumorea que es el “hijo secreto de Michael Jordan”, parece empeñado en destrozar cualquier pronóstico.

Dos estrellas de perfiles muy diferentes

Hablar de Denver Nuggets y de Miami Heat es hablar de Nikola Jokić y de Jimmy Butler respectivamente. Dos estrellas de perfiles muy diferenciados. Mientras el serbio es un pívot que también hace de base en el equipo, un adicto al triple-doble que tiene una visión privilegiada y una creatividad fuera de lo común, el escolta nacido en Houston es todo atletismo, resiliencia y pundonor. Jokic es magia y Butler es fuerza mental. Si bien el serbio ha pulverizado récords de triples dobles durante su camino a las finales, Butler ha protagonizado algunos de los finales de partido más impresionantes que se recuerdan.

Erik Spoelstra, el genio de los banquillos

La discontinua temporada regular de Miami y un dubitativo comienzo de play in hizo presagiar que este no sería un buen año para Miami Heat. Pero el equipo ha ido mutando hacia su mejor versión comandados por un Spoelstra capaz de transformar a jugadores no drafteados (Struss, Vincent) y otros que venían rebotados de diferentes equipos (Caleb Martin) en jugadores sólidos de rotación.

Se han sobrepuesto a la lesión de uno de sus grandes anotadores, Tyler Herro, y recuperado al veterano Kyle Lowry para la causa. Incluso un desterrado Duncan Robinson es hoy un jugador importante para afrontar las finales de la NBA. Esta transformación tiene un culpable y la gente en Miami lo sabe, el gran Erik Spoelstra.

El factor Murray

Después de llevarse año y medio lastrado por una lesión, temeroso de verse involucrado en algún traspaso, Jamal Murray ha vuelto a su mejor versión justo en el momento adecuado: Los playoffs de la NBA. Un hábitat donde ya protagonizara en 2020 actuaciones de cincuenta puntos, como aquella indescriptible ante Utah Jazz.

El extraordinario base canadiense ha demostrado en las series anteriores que está de dulce, creándose sus propios tiros y luciendo una extraordinaria química con Jokić. Si entra en efervescencia, los Heat tienen un problema de difícil resolución. Su capacidad anotadora sencillamente, eleva a los Nuggets a otra dimensión.

Denver Nuggets: un equipo coral con tamaño y fortaleza

Los Nuggets parten como favoritos. Aaron Gordon y Michael Porter Jr. le aportan versatilidad y tamaño, un microondas como es Bruce Brown y el factor experiencia del escolta Kentavious Caldwell-Pope (que fuera campeón con los Lakers).

Este grupo, sumado a sus dos estrellas, Murray y Jokić, conforman el núcleo duro de unos Denver Nuggets que llegan con una semana de descanso a las finales y el factor cancha a favor. Algo que, en Denver, ciudad marcada por la diferencia de altura que tiene respecto a las demás, puede ser incluso más determinante. Y es que se dice que, cuando los visitantes se aclimatan a la exigencia física del lugar, ya tienen medio partido perdido.

Miami Heat, hacia una actuación legendaria

Si ganaran, no habría ningún registro similar en la historia de la NBA. Nunca un octavo de conferencia había ganado unas finales. Nunca con un conjunto de hombres donde apenas hay jugadores drafteados llegaron tan lejos. La historia de Miami puede ser legendaria, hoy ya es histórica. Los invitados sorpresa de la fiesta del mejor baloncesto del mundo llegan exhaustos, pero repletos de confianza. Ojo, porque quienes apostaron en su contra, han perdido en cada una de las eliminatorias previas.

No eran favoritos contra los Bucks de Giannis Antetokounmpo y ganaron 4 a 1, se deshicieron con solvencia de New York y repitieron hazaña ganando a uno de los equipos más frecuentes en la fase final de los últimos tiempos: Boston Celtics.

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