Sí.

No hay entrenador en el mundo que entienda mejor la idiosincrasia del Real Madrid que él. Representa el gen ganador y puramente competitivo del club y lo extiende a la plantilla. 

Es un gran gestor de vestuarios, siendo esto algo fundamental con la situación actual que atraviesa el equipo. Zidane es muy respetado en el vestuario, y su trato familiar y cercano es clave en una plantilla tan complicada como la del Real Madrid.

Bajo su dirección se ha visto al mejor Marcelo y también al mejor Isco, dos jugadores muy por debajo de su nivel esta temporada y relegados al ostracismo. Puede que el club recupere dos activos muy importantes de cara al futuro.

El técnico francés tiene casi tres meses para trabajar de primera mano con los jugadores para decidir cuáles seguirán en el proyecto y cuáles deberán abandonar el club en verano.

Era complicado desmantelar una plantilla que venía de ganar tres Champions seguidas y Zizou lo sabía. Pero tras el descalabro de esta temporada ya tiene vía libre para confeccionar un nuevo equipo.

No.

“Se necesita un cambio y otro discurso. Ya no veo tan claro seguir ganando”. Esas fueron las palabras que dijo el día de su despedida. Cuesta creer que haya cambiado de opinión tan pronto.

El proyecto de Zidane caducó el pasado verano y que vuelva pocos meses después no aportará el aire fresco que necesita el nuevo proyecto.

Es especialmente difícil de comprender que haya cogido el equipo ahora en lugar de colocar a algún interino y que empezase desde cero en verano. Estos meses con el equipo sin jugarse nada pueden pasarle factura de cara a la próxima temporada.

Es sorprendente que Zidane haya querido arriesgar su legado de tres Champions en tres temporadas cogiendo al mismo equipo que dejó en plena decadencia.

La Champions frente al Liverpool camufló una mala temporada el año pasado. No olvidemos que cayó eliminado de Copa ante el Leganés en cuartos y que tenía LaLiga perdida a la misma altura que ahora, acabando a diecisiete puntos del Barça.

Como se suele decir, segundas partes nunca fueron buenas. Y los problemas que existían hace unos meses no solo siguen existiendo, sino que además se han incrementado.