Una pelea mayúscula que tuvo que ser pospuesta por el coronavirus allá por el mes de julio, lo que la ha hecho aún más esperada, ansiada, si cabe.

El británico Tyson Fury arrebató al americano el título de campeón mundial de la WBC en la última vez que se enfrentaron (febrero 2020). Una carnicería en la que Fury se mostro avasallador desde el primer asalto, y propinó una lluvia de golpes a un Deontay Wilder completamente inane.

El campeón americano besó la lona un par de veces, y en el séptimo asalto hubo de tirar la toalla. No pudo engarzar un demoledor puñetazo con el que poner a dormir a su oponente, como acostumbra, y el púgil de Manchester se cobró así la venganza por la única mácula en su intachable hoja de servicios.

Fue Wilder, en la primera parte de esta celebrada trilogía, el único hombre que puede presumir de no haber sido derrotado por el poco ortodoxo boxeador inglés.

Ocurrió en diciembre de 2018, en el Staples Center de Los Ángeles. Wilder sorprendió a Fury en su primera pelea de relumbrón tras los cerca de tres años que se pasó en el dique seco y en los que el éxito cosechado ante el ruso Vladimir Klitschko en 2015 (cuando ganó los títulos de WBA, IBF, WBO, IBO y The Ring) le sumergió en una nebulosa de alcohol, drogas y autodestrucción de la que supo escapar.

Aquel combate acabó en empate. Wilder asestó puñetazos clave que Fury no esperaba y estos le hicieron hincar la rodilla. Picaron su orgullo británico, recuperándose de este modo para salvar las tablas en los últimos asaltos. Ahora, se espera que este tercer episodio dirima si el norteamericano puede repetir o superar la hazaña con su precisión de cirujano; o como se espera, Fury resuelva la pelea de nuevo por la vía rápida.

El “Gipsy King”, como se conoce a Fury, hijo y biznieto de boxeadores, hace de sus 2.06 metros de estatura y más de 120 kilos sus armas más temidas, pero, en realidad, y a pesar de que su estilo no es el más plástico, la inusitada velocidad de sus puñetazos de hierro - brutales descargas de potencia - le convierten en un púgil casi inabordable. Así lo atestigua su bagaje profesional. 31 combates. 30 victorias. 21 de ellas por K.O. 1 empate.

Así, Deontay Wilder es el único hombre que ha hecho tambalear al inglés. Y viceversa, pues el récord del norteamericano, tres años mayor que Fury, es de 42 victorias, 41 de ellas por K.O, 1 empate y 1 derrota. También un impresionante palmarés, el de un boxeador que tiene el honor de ser el único campeón del mundo estadounidense desde 2004, y que ha cambiado de entrenador para afrontar este combate.

Fury también se está preparando a fondo (su entrenador asegura que ha ganado peso y músculo) para esta pelea, a la que tampoco le está faltando la típica verborrea condimentada con sobredosis de testosterona. Sea como fuere, lo más probable es que Fury vuelva a doblegar a Wilder. Habrá que ver, eso sí, si es a los puntos o por K.O.