Vamos a resumir algunas de las mejoras que se han producido en los últimos tiempos:

Análisis de datos para mejorar el rendimiento.

Uno de los principales usos de la Inteligencia Artificial es la recopilación e interpretación de datos, que después pueden ser tenidos en cuenta por entrenadores y equipos técnicos para mejorar la toma decisiones deportivas. Baloncesto, fútbol, voleibol o balonmano son deportes de equipo con multitud de pases, de interacciones, de lanzamientos, de cambios, etc. La IA puede acumular y recopilar esos datos e interpretarlos de forma inteligente.

Gracias a la recopilación de datos y su correcto análisis podemos saber en qué minutos suelen los jugadores tener más errores fruto del desgaste, en qué parcela del campo rinden mejor, con qué compañeros son más eficientes o cuáles son los tipos de rivales con los que presentan un mejor desempeño. La IA cruzada con la analítica de datos permite a los técnicos afrontar los retos deportivos desde un prisma científico. 

Incluso en algunas disciplinas, la IA puede realizar simulaciones de entrenamiento que minimizan el riesgo de lesión. Es el caso del automovilismo, por ejemplo, o de los robots que ayudan en deportes como béisbol o baloncesto a ejecutar lanzamientos de forma precisa, acelerando el entrenamiento. 

Inteligencia para la toma de decisiones

Del mismo modo que se aplica sobre el juego propiamente dicho, la IA también ha llegado al mundo de los despachos. Los equipos directivos pueden analizar la fortaleza de los jugadores, los historiales de lesiones de jugadores, qué contextos les beneficia, qué jugadores pueden estar infravalorados en el mercado, obteniendo así información relevante para las operaciones económicas. De esta forma, pueden mejorar la viabilidad de un club. La IA no solo opera con el pasado, también proyecta el futuro. Puede hacer proyecciones basadas en algoritmos de lo que se puede esperar de determinadas promesas. La película Moneyball (2011) donde Brad Pitt daba vida a Billy Beane ya ahondaba en esta cuestión.

La IA aplicada al ámbito de los scouting y seguimiento de futuras estrellas del deporte es una bendición, ya que puede evaluar a jugadores basado en parámetros matemáticos, ahorrando desplazamientos y gastos innecesarios, y focalizándolos allá donde se prevé una opción de éxito. La IA establece parámetros de predicción de rendimiento de forma empírica y seleccionando o descatando perfiles adecuados a cada contexto.

Las sub-industrias asociadas al deporte también usan IA

La IA no solo está presente en estos aspectos deportivos, también ha impactado en numerosas sub-industrias que conectan de forma directa con el deporte. Estamos hablando de la IA aplicada a la nutrición, la industria textil dedicada al campo deportivo, los instrumentos tecnológicos de alto rendimiento o todo el campo médico, etc.

Fundamentalmente, la IA se ha ido orientando a aquellos aspectos que aseguran la salud de los jugadores. Es lógico, los equipos profesionales gastan la gran mayoría de su presupuesto en los sueldos de los jugadores, en ocasiones con contratos muy lucrativos, por lo tanto necesitan asegurar su presencia en los terrenos de juego. Y eso pasa por cuidar la alimentación, prevenir las posibles lesiones limitando o ensanchando el tiempo de juego y hacer un uso efectivo de los recursos de los que dispone.  

The show must go on

¿Y qué decir de toda la mercadotecnia asociada al deporte? La IA ha supuesto un impulso esencial en el mundo del marketing deportivo. Gracias a la IA se pueden hacer gráficos de manera más atractiva, cartelería para eventos, textos publicitarios ahorrando tiempo, se puede estudiar qué anuncios son más relevantes e impactan más en la comunidad, etc. Los equipos de comunicación y marketing de numerosas entidades deportivas han encontrado una herramienta que permite concentrar mejor los mensajes en los públicos objetivos, maximizando su rendimiento.

Si al mundo del marketing le ha servido para mejorar sus dinámicas, al mundo administrativo también, ya que se han automatizado tareas de escaso valor, y las personas pueden centrar su atención en tareas de mayor relevancia. La gestión de horarios de oficina, la asistencia a los atletas, la ocupación de los recintos o la distribución de los recursos de limpieza en los estadios son aspectos susceptibles de mejora gracias a la IA.

Por no hablar de cómo ha transformado la tecnología la gestión de las multitudes que acuden a eventos en términos de acceso a los estadios de forma más fluida, la distribución de entradas de manera más cómoda para los usuarios o las mejoras en las condiciones de seguridad gracias a la predicción tecnológica. En definitiva, la Inteligencia Artificial está mejorando la experiencia de las organizaciones con sus comunidades deportivas, fortaleciendo la relación entre ambas.

Concluyendo, la IA se está implantando a marchas forzadas en el mundo del deporte en la eterna búsqueda de la excelencia deportiva. Ciencia y deporte llevan unidas desde los albores de los tiempos y este es un paso más en su tecnificación y complejidad. Pero, como siempre, al final el factor humano en su implantación marcará el deporte del siglo XXI.