Hace no tanto tiempo en LaLiga predominaban los entrenadores extranjeros. Los dos grandes apostaban por foráneos como Capello, Heynckes, Toshack, Robson o Van Gaal. Entrenadores como Bernd Krauss, Sergio Kresic, Radomir Antic, Claudio Ranieri, Luis Fernández, Héctor Cúper o el propio Heynckes se convirtieron en clásicos de nuestra liga.

Pero las cosas han cambiado a lo largo de los años y ahora el entrenador español es el más cotizado a nivel mundial. Buen ejemplo de ello es la potente Premier League en la que entrenan cuatro técnicos de nuestro país; Pep Guardiola, Unai Emery, Rafa Benítez y Javi Gracia. Hace no tanto también dejaron buen recuerdo por allí Roberto Martínez y Quique Sánchez Flores.

A día de hoy se cuentan noventa y cuatro entrenadores españoles trabajando en el fútbol profesional extranjero. Por supuesto, este dominio también se ha extendido a nuestra Liga, que cuenta con diecisiete entrenadores nacionales y tres extranjeros (Zidane, Simeone y Pellegrino), que también jugaron en España. De hecho las experiencias de entrenadores extranjeros en nuestra liga los últimos años han sido catastróficas como en los casos de Gary Neville, Antonio Mohammed, Cardoso, Vicenzo Montella, David Moyes o Tony Adams.

¿Por qué es tan bueno el producto nacional? En primer lugar, en España hay un gran nivel de formación en ciencias del deporte, de donde salen profesionales espectaculares que hacen que los entrenadores españoles estén rodeados de gente muy formada. Para cualquier entrenador es fundamental un buen cuerpo técnico.

También hay que valorar que en España se empezó a entender antes que en otros lugares que para ser un gran entrenador no hace falta haber sido un gran jugador. Sin ir más lejos entrenadores destacados de LaLiga como Bordalás, Rubí Escribá o Paco López no han hecho carrera como futbolistas profesionales a un alto nivel. Es algo que cuesta entender en otros países, como por ejemplo Inglaterra, donde sigue siendo habitual ver cómo le ofrecen un banquillo de la Premier a un ex jugador sin experiencia antes que a un joven entrenador altamente formado.

Por último, el entrenador español es especialmente metódico y analítico. El perfil del entrenador español suele ser el de un técnico que se cuestiona y busca porqués de todo, y que estudia y analiza cada detalle. Quizás esta última sea la característica diferencial respecto a otras escuelas de entrenadores.