A un club como el FC Barcelona no se le puede descartar para LaLiga, y menos aún en noviembre. Pese al mal inicio de temporada, los blaugranas tienen dos partidos menos disputados, en el caso de conseguir esas dos victorias se colocarían a tres puntos del Real Madrid y a seis del Atlético de Madrid. Una cantidad de puntos recuperable cuando queda tanta Liga por delante.

El Barça está aquejado de multitud de problemas que pueden solucionarse a corto o medio plazo. El primero de todos es la incertidumbre con las elecciones a la presidencia, y el malestar de afición y jugadores con la anterior directiva. En enero tendrá lugar la votación del nuevo presidente del FC Barcelona, una elección que llevará un aire nuevo al club y abrirá una nueva etapa de ilusión por un nuevo proyecto que reconstruya todos los errores de la directiva anterior.

Otro de los mayores problemas en Can Barça es el estado anímico de Leo Messi y su relación con la anterior directiva. Este conflicto podría solventarse con la elección del nuevo presidente culé que, una vez le presente el nuevo proyecto para el Barça, pueda volver a enchufar al crack argentino y volvamos a ver al mejor Messi, lo que sería un hecho clave para que el Barça vuelva a ser un equipo temible. 

El Barça tiene muchos frentes abiertos y cuestiones que solventar para competir por los títulos, pero las elecciones de enero pueden ser un antes y un después en la temporada blaugrana. Si el conjunto culé no se desengancha demasiado en la clasificación, podrá encarar una segunda vuelta con más estabilidad e ilusión en el club, que pueden ser definitorios para que el Barça luche por el título de Liga hasta el final.

NO

El actual Barça está muy lejos de los grandes equipos que ha tenido los últimos años. Con solo tres victorias tras ocho jornadas, estamos ante los peores números del FC Barcelona del siglo XXI. Unos números tan excepcionalmente negativos que hacen difícil poder imaginar que el Barça le dé la vuelta a la situación hasta el punto de luchar por LaLiga.

La situación culé no para de agravarse; primero fue la solicitud de salida del club de Leo Messi, luego la dimisión de Bartomeu y ahora la plaga de lesiones de larga duración de jugadores clave. En apenas un par de semanas han caído Ansu Fati, Sergi Roberto y Gerard Piqué, los tres con lesiones muy preocupantes que les tendrán fuera de los terrenos de juego durante meses. 

Para colmo, el club blaugrana vive con la sombra de unas elecciones a la presidencia en enero que serán unas de las más importantes de la historia del club. La distracción, el ruido, las promesas electorales y la incertidumbre que los comicios electorales provocarán en la plantilla van a ser otros problemas para los de Koeman en los próximos meses. 

Son muchas las circunstancias negativas que recaen sobre el actual Barça. Ya se preveía que esta temporada 20/21 iba a ser un año de transición y tras dos meses de competición ya podemos confirmar que lo será. Tanto plantilla, como cuerpo técnico y futura directiva tienen la cabeza más en qué será del Barça del futuro, que en cómo levantar al Barça actual; y con este panorama parece imposible que el FC Barcelona pueda conseguir la regularidad necesaria para ganar una competición tan dura como LaLiga Santander.

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