Griezmann no es un jugador cualquiera. Todos sabemos lo que es capaz de hacer el francés. Lleva años demostrando que es un jugador de súper élite, capaz de adaptarse a cualquier contexto y brillar. En la Real Sociedad jugando pegado a banda, se hizo un nombre en LaLiga; en el Atlético de Madrid obligado a presionar y defender como el que más, se convirtió en uno de los mejores jugadores de Europa; y en la selección francesa jugando de '10' puro, repartiendo el juego y asumiendo el control del equipo, se consagró en el fútbol mundial.

Un jugador así tiene hueco en cualquier equipo del mundo. Eso sí, necesita un sistema táctico que saque lo mejor de él en un contexto como el del Barça. En Can Barça, desde el primer día ha sido ninguneado, tratado como un jugador más. Ninguno de los técnicos blaugranas que ha tenido desde que llegó al Barça (Valverde, Setién y Koeman) ha mostrado un interés real en colocar al francés en una posición donde pueda sacar su mejor fútbol.

Debido a un exceso de protección a la figura de Leo Messi, se ha ido siempre en detrimento de Griezmann, sin buscar o probar fórmulas donde ambos tengan una cabida cómoda en el once culé. Pero Koeman está a tiempo, el 4-2-3-1 que está usando el técnico holandés en Can Barça da la posibilidad de que Leo y Antoine sean la pareja delantera del equipo, formando un doble falso '9', que permitiría a ambos jugar en una posición cómoda.

Por último, no podemos obviar el aspecto económico. El club blaugrana desembolsó hace poco más de un año más de 120 millones por el delantero francés. Una cantidad astronómica que con la crisis económica actual es irrecuperable. Por lo que no le queda otra al Barça, tanto deportiva como financieramente está obligado a recuperar a ese Griezmann campeón del mundo que se colaba repetidas veces en el top 3 del Balón de Oro.

NO

El fichaje de Griezmann es un error desde el primer día. Ya lo quiso Bartomeu en 2018 y, tras mucho marear la perdiz con el Barça, acabó renovando con el Atlético de Madrid, comunicándolo a través de un documental en el que explicaba por qué se quedaba en Madrid. Un movimiento que no gustó al barcelonismo. Sería en 2019 cuando acabaría firmando por el FC Barcelona a cambio de 120M.

Un fichaje absurdo deportivamente, ya que Griezmann es un jugador que necesita jugar en la posición que ocupa en el Barça Leo Messi; un fichaje absurdo en lo económico ya que se convertía en el segundo fichaje más caro de la historia del Barça, siendo un jugador que no tenía hueco en la delantera culé; y un fichaje absurdo en lo social, ya que desde primera hora llegaba a Can Barça con la afición en contra.

Una vez en Barcelona, hasta tres entrenadores han acabado relegándolo a una posición secundaria en el equipo, cuando no de suplente directamente. Valverde probó con Griezmann en la banda izquierda, posición a la que no se adaptó; Setién intentó colocarlo como mediapunta, tampoco demostró su nivel; por último, Koeman está intentando que juegue en la banda derecha, y tras solo 7 jornadas el francés ya es suplente.

La relación entre Koeman y Griezmann se ha enturbiado muy rápidamente. Un enfrentamiento ante un entrenador del carácter del técnico holandés no trae nada bueno. Sin posición clara en el equipo, sin la confianza del entrenador, sin feeling con Messi y sin el cariño de la afición, el futuro del '7' francés en Can Barça está abocado al fracaso. Tanto para Griezmann como para el Barça la mejor solución sería un traspaso lo antes posible.

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