¿Debería contar el Madrid con Bale la temporada que viene?
El atacante galés está siendo uno de los más señalados en la tormentosa temporada del conjunto blanco.
Sí.
Con los precios que tienen actualmente los cracks en el mercado merece la pena intentar potenciar al que ya tienes en plantilla.
Gareth Bale ha sido autor de golazos decisivos en finales que se han traducido títulos. La carrera con Bartra en la final de Copa, el cabezazo que rompe el empate en la décima y la espectacular chilena contra el Liverpool. Hay pocos jugadores que sean tan resolutivos en los grandes momentos.
La temporada de Bale está siendo mala, pero no peor que la de muchos compañeros. El equipo está mal en conjunto y eso se traslada individualmente a los jugadores.
A sus 29 años aún está en edad para jugar dos o tres temporadas al máximo nivel.
Es un atacante rápido y potente, con un gran remate de cabeza y con mucho gol. Además, puede jugar por ambas bandas e incluso como delantero centro o mediapunta. Apenas se me ocurren jugadores en el mercado que reúnan todas estas características.
Los números le avalan: ha anotado 102 goles en 219 partidos con el Real Madrid. Una cifra de goles muy destacables para ser un extremo que juega tirado a banda.
No.
Más allá de goles esporádicos, el rendimiento de Gareth Bale en el Real Madrid no ha sido bueno. Apenas participa ni tiene influencia en los partidos y el equipo lo ha acusado en muchas ocasiones.
A día de hoy aún no se ha encontrado la posición ideal en la que más rendimiento ofrece. Puede jugar por la izquierda, por la derecha o incluso por el centro, pero en ninguna se le termina de ver cómodo sobre el césped.
Es un jugador de cristal. Ha sufrido 22 lesiones que se traducen en 81 partidos de baja, además de la falta de continuidad en el juego que ello supone. Su sueldo no está siendo rentabilizado.
Le falta carácter. Es un jugador que se esconde a menudo y rara vez da la cara. Una estrella del Real Madrid debería ser un líder en el campo y el galés está muy lejos de eso.
Apenas ha hecho esfuerzos por adaptarse y ni se ha preocupado por aprender español tras 5 años en Madrid. Se cuenta que apenas tiene amigos en el vestuario.