NO.

Arantxa Sánchez-Vicario es una leyenda del tenis español, y en especial del tenis femenino. En categoría femenina a día de hoy no hay quien sea capaz de hacerle sombra. Logró cuatro Grand Slams en categoría individual, y hasta seis Gran Slam en dobles, además de cuatro medallas olímpicas, cinco Copas Federación (similar a La Copa Davis masculina) con España y llegó a ser número uno de la WTA en los noventa. Un currículum a la altura de una leyenda.

La cantidad de títulos Grand Slam de tenistas como Serena Williams o Steffi Graf en las últimas décadas, o de Nadal, Nole y Federer en la categoría masculina, nos han hecho perder la perspectiva de lo difícil que es ganar un Gran Slam. Tenistas estelares como Mónica Seles o Venus Williams solo lo han conseguido 9 y 7 veces respectivamente en toda su larga carrera. María Sharapova solo logró 5, por lo que pensar que se pueden superar los títulos de Arantxa fácilmente es un error, para superarla hay que ser un mito del tenis.

Garbiñe Muguruza es una gran tenista, pero su mejor posición a final de año de la WTA fue el segundo puesto que alcanzó en el año 2017. Desde entonces, lleva unos años que parece haber atenuado su brillo de tenista revelación, siendo su mejor posición en el ranking el 15º puesto. Con 26 años, a Garbiñe le queda mucha carrera por delante, y debe volver al gran tenis que practicó en los años 2015, 2016 y 2017… pero superar el palmarés de Arantxa aún le queda lejos. 

SÍ.

Garbiñe Muguruza está llamada a ser la gran esperanza del tenis español en los próximos años. Nacida en Venezuela, pero con nacionalidad española, la hispano-venezolana ya suma dos Grand Slam individuales a sus 26 años, Roland Garros en 2016 ante Serena Williams y Wimbledon de 2017 ante Venus Williams. Los dos Gran Slam más míticos del circuito ante las dos rivales de más estatus del tenis femenino.

No solo la edad juega a su favor para convertirse en la tenista española más laureada, también su polivalencia. Garbiñe ha sido capaz de ganar en la tierra batida de París y en la hierba de Londres, dos superficies totalmente opuestas. Además, este mismo año ha sido capaz de alcanzar la gran final del Open de Australia, Gran Slam disputado en pista dura, aunque finalmente perdió la final ante la estadounidense Sofía Kenin. Aun perdiendo, Garbiñe volvió a demostrar una vez más que es capaz de dominar todas las pistas, lo que la convierte en una potencial campeona en cualquier superficie, algo que pueden decir muy pocas tenistas.

Pese a las malas temporadas en 2018 y 2019, donde una serie de malos resultados, unidas a rupturas con sus entrenadores, han llevado a la hispano-venezolana a alejarse de su mejor nivel. Parece que en 2020 ha vuelto la mejor Garbiñe. Lo vemos en sus declaraciones y en su arranque de año en el Gran Slam de Australia, en el que ha vuelto a sacar su mejor tenis y meterse en una final de un grande 3 años después. Garbiñe ha vuelto a contar con Conchita Martínez como entrenadora, la extenista con la que logró alzarse con su título de Wimbledon, y con la que esperamos volver a ver a la gran Garbiñe Muguruza que todos queremos.