Pasada la resaca del cierre del mercado y aparcada LaLiga hasta dentro de diez días, España afronta una nueva ventana internacional con compromisos de calado en su trasunto hacia el Mundial de Qatar 2022. Sobre todo, el primero de ellos de mañana ante Suecia, aunque el del día 5 ante Georgia, y el del 8 ante Kosovo, también son contemplados con recelo por el staff técnico comandado por Luis Enrique.

El seleccionador español ofreció la semana pasada una lista de convocados que cuenta con algunas caras nuevas; como la del regreso de un pretoriano de la vieja guardia o la primera citación con la absoluta un ariete a vuelapluma desconocido, pero con notable impronta en las categorías inferiores. También ha dado descanso a casi todos los buques insignia que repitieron Eurocopa y Juegos Olímpicos (como Pedri, Oyarzabal y Dani Olmo).

Una nueva convocatoria en la que, una vez más, Luis Enrique ha mostrado un mantra que viene repitiéndose en su carrera como entrenador. Son los estados físicos y anímicos los que configuran su citación y su once, y no así la edad o la trayectoria de nombres ilustres, inamovibles en otras etapas y con otros seleccionadores. De este modo, de su mano han debutado más de una treintena de jugadores y ha empleado a más de 60 futbolistas en las dos etapas en las que ha estado al frente del combinado nacional desde septiembre de 2018.

Además, no le tiembla el pulso a la hora de citar a futbolistas que se escapan del radar “mainstream” si cree que se han ganado la oportunidad, y considera que pueden aportar variantes interesantes a su libreto, así como contribuir al buen ambiente de La Roja, algo que se pudo comprobar durante la pasada Eurocopa.

Cabe recordar que Luis Enrique ha sido, si no nos falla la memoria, el único entrenador que se ha atrevido a sentar a Messi, algo que casi le cuesta el puesto en su peor momento como comandante de la nave azulgrana, pero que, a la larga, tuvo un resultado espléndido, pues conquistó el triplete.

También dejó a Sergio Ramos sin Eurocopa al considerar que no se encontraba en plenas condiciones o, por ejemplo, no ha convocado, con lo que ello conlleva, a ningún jugador del Real Madrid en las últimas listas. Asimismo, Jordi Alba también tuvo que ganarse su regreso a la selección a base de trabajo y compromiso tras algún encontronazo con el técnico asturiano.

Luis Enrique, que ya exhibía su carácter en su época de jugador, se mueve por sensaciones y no por la hoja de servicios. Alinea en base a lo que ha visto en los entrenamientos y el compromiso con el objetivo común, aunque también tiene algún jugador intocable si su situación física es la idónea, como ocurrió con Sergio Busquets o Morata durante la Eurocopa.

En definitiva, la España actual, que quiere ganar a Suecia para encarrilar su clasificación para Qatar, es un equipo de autor con personalidad que quiere sostener la progresión experimentada en la Eurocopa, la cual, por fin, diluyó la depresión en la que venía instalada tras el glorioso ciclo 2008-2012.

Ahora, mira al futuro con una lista que mantiene parte del esqueleto de la Eurocopa, a excepción de los jugadores a los que ha dado descanso tras los JJ.OO. más Fabián Ruiz y Thiago Alcántara. Así, las caras nuevas son Raúl Albiol, que regresa de nuevo a la selección, Carlos Soler, Brais Méndez, Fornals, Mikel Merino y el inesperado Abel Ruiz, delantero del Sporting de Braga. Futbolistas que tendrán la oportunidad de demostrar que pueden contar para el futuro más inmediato: las semifinales de la Liga de Naciones ante Italia y el sendero hacia Catar 2022. Casi nada.

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