Sí.

El Villarreal está en una situación crítica y no está para más experimentos. Quedan 17 partidos y un entrenador nuevo podría necesitar cerca de un mes para adaptarse y conocer a la plantilla.

Calleja es un hombre de club, conoce perfectamente a los jugadores, las instalaciones y la cantera. No hay nadie mejor preparado para empezar a trabajar desde ya en el cambio de esta dinámica.

La plantilla se confeccionó al gusto de Calleja, por ejemplo, prescindiendo de jugadores de banda.

Al margen de su profundo conocimiento del club y de la situación, Calleja es buen entrenador. El equipo estaba mejor con él que cuando fue despedido, los resultados con Luis García han dejado patente que el problema no era Calleja. 

También puede haber un factor económico en esta historia. Los clubes tienen hasta el 30 de junio para abonar los finiquitos de despido, y pueden optar por el reingreso en el equipo si lo consideran necesario. Es decir, el sueldo de Calleja ya estaba pagado y con este cambio se ahorran el dinero de contratar a un tercer entrenador.

No.

Que el equipo estuviese peor con Luis García no significa que con Calleja estuviese bien. Con Calleja el equipo empezó a desarrollar unos problemas que no han hecho más que acentuarse.

¿Cómo enchufa a los jugadores un entrenador que perdió su puesto apenas mes y medio antes? Estos tumbos en la dirección no harán más que descentrar a los futbolistas.

El equipo está anímicamente bloqueado y necesitan un revulsivo. Y difícilmente el revulsivo va a ser el entrenador con el que empezaron esta racha.

El perfil de Calleja quizás no sea el más adecuado para la situación del equipo. Un entrenador más pasional y motivador en lugar de Calleja, que es más táctico, podría ayudar a levantar los ánimos de los jugadores que lo primero que necesitan es creer más en sí mismos.