El 3-5 ante Croacia tuvo elementos de thriller “hitchcokiano”, pero el desenlace no pudo ser más balsámico. No solo para un equipo del que se criticó su falta de mordiente, de pegada, en los primeros partidos, sino que también para toda la hinchada. Sobre todo, tras los dos primeros ante Suecia y Polonia en los que se empató, se marcó solo un gol y se erraron dos penaltis.

En los dos últimos, ante Eslovaquia y Croacia, España, con la entrada de Sarabia, Busquets y Azpilicueta, mejoró su juego entre líneas y, por ende, la claridad de sus numerosas llegadas. Venía ya de acumular imponentes números de posesión, efectividad en el pase y disparos totales, aunque, ahora, esa superioridad sobre sus rivales se traduce en ocasiones y goles.

España se mantiene como el equipo que mayor posesión de balón media posee (67.5 por ciento), el segundo con una mayor efectividad en el pase tiene (89 por ciento), así como es con diferencia el equipo que mayor número de pases intenta.

Luis Enrique sigue fiel a la filosofía que coronó a la Roja como un equipo de leyenda, aunque se achacaba cierta falta de profundidad, de verticalidad. Aspecto que, a tenor de lo visto en los últimos choques, se ha pulido, como así denotan varios datos.

A fecha de hoy, España es el equipo que más goles ha marcado (11), el segundo que más disparos a puerta ha acometido (29) y el tercero que más tiros ha intentado (68), solo superado por Italia y Dinamarca. Asimismo, es el combinado que ha contabilizado más ataques: 276.

La apuesta es clara y decidida. Presión, control y clarividencia lo más fugaz posible en los metros finales, en los que se cocina la salsa del gol. En ocasiones a fuego lento, en otras con soplete, pero eso sí, desde todos los ángulos, con todos los hombres sin que haya una “estrella” que acapare los focos.

España sabe que su mayor virtud es el compromiso del equipo con el estilo de juego y que la dependencia en un futbolista puede resultar en ocasiones hasta tóxica. De ahí que se entregue a la calidad y la solidaridad a partes iguales; a un ataque coral que se afina y afina a medida que pasan los partidos.

Fruto de ello, dos datos que hablan con elocuencia…

España es el segundo equipo con un mayor número de jugadores que han marcado (6) y el primero en cuando a número de asistentes distintos (7). Luis Enrique tiene a sus futbolistas enchufados y ellos están respondiendo ya lo hagan de inicio o desde el banquillo, algo que le ofrece múltiples opciones que modificar dependiendo del rival o la situación del partido.

También en defensa. España no ha recibido muchas ocasiones, y ha encajado cuatro goles. Tres se los metió Croacia; uno de ellos venido de un error grosero y los otros dos en los dos últimos diez minutos del partido, en los que España, con ventaja de 3-1, pecó de inexperiencia y abusó del achique en vez de apostar por controlar el esférico, de ocultarlo.

Aspecto señalado por Luis Enrique como una de las fallas del equipo y susceptible de mejorar en el partido de cuartos de final ante Suiza.

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